Anaconda
La anaconda es una especie de ovíparo que pertenece a la familia de los reptiles y de las boas constrictoras. Es reconocida por ser la serpiente más grande y poderosa del mundo, como símbolo de vida y muerte.
La antigua reputación de la anaconda es como asesina silenciosa de los ríos y selvas de Suramérica, donde hay cientos de historias sobre su destreza sobrenatural.
Pertenecen a la familia de las boas. También es conocida como “la boa de agua”. Se ha exagerado bastante sobre el tema de su tamaño, pero normalmente no superan los 10 metros, llegando a veces a los 12 metros.
La anaconda es la serpiente más grande del mundo y su nombre científico es el de “eunectes murinus”. Su diámetro ronda los 30 centímetros y pesa aproximadamente 200 kilos.
Vive cerca de cursos fluviales y es una excelente nadadora. De hecho, es difícil encontrarla fuera del agua ya que pasa la mayor parte de su tiempo sumergida, asomando únicamente la cabeza, ya que sus ojos y sus fosas nasales están en la parte superior de su cabeza.
Pueden permanecer hasta 10 minutos bajo el agua. La anaconda no es una serpiente venenosa, es constrictora. Esto supone que mata a sus presas mediante la asfixia, enroscándolas con su cuerpo y no dejando que respiren, hasta que mueren, o sumergiéndolas en el agua hasta que se ahogan.
Una vez matan a su presa, se la traga completamente. El proceso de digestión puede durar varios días, incluso si la presa es muy grande puede llegar a dos semanas. Mientras, la anaconda, se encontrará en letargo. Las contracciones musculares digestivas son tan fuertes que puede oírse cómo, dentro de la serpiente, los huesos de su presa van siendo triturados. Rara vez se mueve hasta que digiere lo que engulle y vuelve a sentir hambre.
Las anacondas son animales carnívoros. Su alimentación se basa en grandes roedores, peces, ranas, pájaros y otros reptiles acuáticos. Su reproducción es ovovivípara. Su gestación dura unos 6 meses y tiene camadas de entre 20 y 50 crías, aunque a veces es un número mayor.
Las crías al nacer ya miden alrededor de un metro, y ya son capaces de nadar y alimentarse por sí mismas. En este primer período es cuando la anaconda es más vulnerable a ataques de otros animales más grandes.
Como el resto de los animales ofidios, las anacondas son poiquilotermos, es quiere decir que no regulan la temperatura interna de su cuerpo. Ésta es la principal diferencia que tienen con las aves y los mamíferos, ya que éstos sí pueden regular su temperatura corporal, y de hecho, son llamados animales de “sangre caliente”.
Por este motivo, las anacondas pasan varias horas al sol o a la sombra, dependiendo de la temperatura ambiente, con tal de modificar su temperatura corporal. Cuando llega el frío, suelen hibernar o estar en estado de letargo.
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