Serpiente de cascabel
Son capaces de agitar su cola y ser escuchadas a una distancia de casi veinte metros, aunque su veneno no es de los más letales si tenemos en cuenta otras especies más peligrosas. Las creencias populares de América Central aseguran que su carne puede curar el cáncer, y existe un modo muy peculiar de determinar su edad, pues una parte de la piel desprendida permanece en el extremo de la cola, dando lugar a varias capas según el tiempo de vida transcurrido.
Si hemos captado tu atención y deseas conocer un poco más, te invitamos a continuar la lectura sobre las fabulosas serpientes de cascabel.
DESCRIPCIÓN
Esta especie es de las más comunes, se agrupa dentro de la familia de los vipéridos y a su vez, en la subfamilia de las víboras de foseta. Como signo distintivo, pueden ser reconocidas por el cascabel en el extremo de su cola, a excepción de la serpiente de Santa Catalina.
Compuesta por cerca de 30 especies, la serpiente de cascabel posee un comportamiento inestable, pues suele pasar de un estado de sosiego a la posición de ataque en pocos segundos. No obstante, y como sucede con el resto de las serpientes, estos ejemplares solo atacan cuando se sienten amenazados, situación ante la cual, adoptan la posición de “S” que les permite un ataque más rápido y agitan su cola para producir el típico sonido de alerta.
MORFOLOGÍA
A la edad de tres años, arriban a su madurez sexual. Para ese entonces, pueden llegar a medir de 1 a 2.5 metros y pesar cerca de diez libras. En general, los machos son más grandes que las hembras, y comparten un tiempo de vida que puede durar hasta los veinte años.
Catalogada como la serpiente más venenosa de Norteamérica, la serpiente de cascabel es además la que presenta uno de los mejores diseños en su piel. Su cuerpo delgado puede estar teñido de tonalidades rojas, verdes o amarillas, y en un plano superior, se ubican figuras de color negro en forma de diamante que otorgan un contraste muy singular. Por lo general, presentan su cabeza de un solo color.
En cuanto a los colmillos, estos tienen la posibilidad de recogerse hacia atrás (colmillos hipodérmicos), una característica que comparten con otras especies como víboras y cantiles. De no poseer esta capacidad, y dado el tamaño de sus dientes, estos atravesarían la mandíbula inferior al cerrarse.
EL CASCABEL
La función del cascabel cumple dos propósitos principales: alertar sobre la presencia de la serpiente a los animales más grandes que puedan pisarla, y espantar a sus enemigos. La estructura de la cola está conformada por una especie de estuches que aumentan su grosor con el paso del tiempo, pues la serpiente muda su piel, pero una parte permanece indefinidamente en la cola. Al agitar su extremidad, las capas chocan entre ellas causando el ruido característico de estas serpientes.
Curiosamente, los ejemplares jóvenes no cuentan con un sonido tan intenso, pero son las más venenosas, y en épocas de lluvia, si la serpiente se moja no podrá emitir ningún ruido. Generalmente, el cascabel contiene ocho segmentos o capas, pues el resto se desprende con facilidad ante el rozamiento con el suelo.
DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT
El mayor número de serpientes de cascabel se encuentra entre México y Estados Unidos, aunque su presencia se extiende desde Canadá hasta el norte de Argentina. Algunas subespecies como la cascabel pigmea habita en regiones del centro de Estados Unidos, mientras la pigmea oscura se aleja más al este, en los estados de Florida y Georgia.
Al ser animales de sangre fría, tienden a buscar zonas cálidas como desiertos y bosques tropicales, aunque también habitan lagos y pantanos. Sus principales depredadores son el águila, el cuervo y los coyotes, animales capaces de enfrentarse a las consecuencias de su potente veneno. Al día de hoy, la serpiente de cascabel no se encuentra en peligro de extinción.
ALIMENTACIÓN
En edades tempranas, se alimentan de lagartijas e insectos, y al alcanzar la edad adulta son capaces de engullir presas mucho mayores como perros y conejos, aunque su plato preferido resulta ser los roedores. Normalmente, sale en busca de alimento al caer la noche, y su técnica consiste en inyectar el veneno y esperar pacientemente su efecto paralizante.
Por medio de las articulaciones en su mandíbula, es capaz de tragar una pieza entera. Los músculos van insertando la presa en el estómago por espacio de una hora, y a partir de ese momento toma lugar el largo proceso de digestión. En el caso particular de los huevos, estas serpientes tienen la costumbre de quebrarlo en el interior de su cuerpo y escupir la cascara nuevamente por la boca.
REPRODUCCIÓN
He aquí un apartado donde suceden cosas extraordinarias. Para comenzar, resulta interesante el hecho de que apenas brinden cuidados paternales a sus crías, las cuales deben aprender a valerse por sí mismas desde los primeros momentos. Por si fuera poco, las serpientes de cascabel hembras tienen la capacidad de retener los espermatozoides por un período de hasta ocho meses, en dependencia de la disponibilidad de recursos.
De esta manera, las serpientes pueden fecundar en los meses de septiembre y agosto, como habitualmente sucede, pero también pueden hacerlo en la primavera del año siguiente. A los dos años de nacidas, las serpientes se encuentran aptas para gestar nuevas crías. Al tratarse de una especie ovovivípara, mantienen los huevos en su interior hasta el nacimiento. En cada gestación pueden dar a luz hasta veinte pequeñas serpientes.
VENENO
Por regla, las serpientes de cascabel no atacan a los humanos, sino que prefieren huir a menos que se encuentren acorraladas. En el caso de otros animales, como las vacas o caballos, siempre tienden a atacarlos cerca del hocico, pues la hinchazón del veneno les impide respirar y causan muerte por insuficiencia respiratoria.
Un 20 o 30% de las veces que se produce una mordedura se realiza sin veneno, por lo que se denomina mordida seca. Para los humanos, los síntomas de la toxina incluyen dolor intenso en la zona infectada, inflamación y necrosis. En el peor de los casos el líquido puede llegar al torrente sanguíneo y causar una muerte instantánea.
Sin embargo, los estudios realizados determinan que en Estados Unidos es más probable morir de una picadura de abejas que de una mordida de serpiente
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